Transcribimos aquí el artículo
publicado en 1998 por la pionera del bilingüismo de
Sordos, la lingüista sueca Kristina Svartholm, quien hace una
evaluación de su eficacia para la educación y alfabetización de sordos. Se
trata de la 1ra. implementación de una propuesta en el marco del bilingüismo,
conocida como 'modelo sueco', que fue puesto en práctica en distintos países de
Hispanoamérica. La autora presenta la investigación realizada a partir del
seguimiento de estudiantes que ingresaron a la educación oficial en 1982 y
egresaron en 1991 y evalúa los resultados, en comparación con otros modelos. El
presente artículo fue publicado en en Actas del 2do. Coloquio Internacional,
Surdité et Accès à la
Langue Ecrite , Paris, Vol I, 263-271 / 272-279. Se proponen algunos
ejemplos en español como equivalentes de los ejemplos en sueco y en inglés que
usa la autora.
Kristina Svartholm*: "Estrategias de lectura de niños sordos que recibieron educación bilingüe. Algunas concluisones preliminares"1.
Abstract o Resumen. En 1991 finalizó su escolaridad obligatoria el primer grupo de niños sordos educados de acuerdo con lo establecido en el Currículo Nacional de Suecia en los años 80 -esto es, según el modelo bilingüe, que considera la lengua de Signos Sueca como su primera lengua y el Sueco en su forma escrita como segunda lengua. En mi exposición presentaré un estudio sobre su competendcia en lectura, demostrada en reformulaciones y traducciones de textos a la lengua de Signos Sueca, en comparación con las habilidades de lectura de otros niños sordos pertenecientes al mismo grupo etario pero con una educación bilingüe menos consistente, principalmente según el enfoque de ‘Comunicación Total’. A diferencia
del último, el primer grupo demostró un nivel de comprensión del Sueco escrito
que correspondía a la edad. Se discutirán sus estrategias de lectura,
comprobadas en el estudio, no sólo en comparación con estrategias menos
efectivas que se encuentran entre los otros sino también en relación con la
instrucción que habían alcanzado en Sueco escrito como una segunda lengua
"silenciosa", es decir, sin tomar en cuenta el habla para desarrollar
destrezas lectoras pero sí usando su primera lengua, la Lengua de
Señas Sueca, como base. Por otra parte, se cuestiona la hipótesis de una
decodificación de base fonológica como requisito previo a la literacidad 2 en el sordo.
Palabras clave: bilingüismo, estrategias de lectura, lenguaje
escrito como segunda lengua para el sordo.
Artículo completo:
En 1981 el Parlamento sueco aprobó
un proyecto de Ley en el que se reconocía que las personas sordas
necesitan ser bilingües para interactuar tanto entre ellos mismos como en la
sociedad mayoritaria. Esto significó que la Lengua de Señas Sueca fuera reconocida
oficialmente como una lengua por derecho propio –en el texto a menudo se
refería a la “verdadera" Lengua de Señas o «la Lengua de Señas de los Sordos" en
oposición a los sistemas artificiales creados para señar y hablar
simultáneamente, tal como ‘Sueco/Inglés/Español Señado’, etc. (para evitar
confusiones, con la sola expresión ‘Lengua de Señas’ me referiré en adelante a la Lengua de
Señas Sueca). En consecuencia, se les debería garantizar en la escuela a los
niños sordos una formación lingüística adecuada para cumplir con el objetivo
del bilingüismo.
Un año después de esa decisión se
inició la primera clase bilingüe experimental en la Escuela Manilla ,
una de las cinco escuelas para sordos de Suecia. En ella la clase estaba
integrada por un grupo de niños que cursaban segundo grado (de alrededor
de 8 años de edad) que habían tenido una formación temprana en Lengua de Señas
y que simultánamente habían
recibido lecciones de Sueco. La enseñanza era impartida por un profesor sordo y
por otro oyente que trabajaban en estrecha colaboración con lingüistas de la Universidad de Estocolmo (con Ahlgren Inger y, algo más tarde,
también conmigo).
Durante los años escolares del
grupo, aplicamos el modelo para la enseñanza del Sueco trabajando
coordinadamente ambos profesores con nosotros, los investigadores, y luego lo
que aprendimos en la experiencia se extendió a otras materias. El núcleo del
modelo se puede resumir brevemente de esta manera: la Lengua de
Señas es considerada la primera lengua de los sordos, mientras que el Sueco se
considera la segunda. De acuerdo con este planteo, se enseña la Lengua de
Señas como se enseña una lengua materna; es también la lengua de instrucción en
todas las materias escolares, incluida Sueco. En cuanto al Sueco, se considera
que la forma escrita –esto es, la forma totalmente compatible con la visión- es
la base para el aprendizaje de la lengua y no el habla. Se les presenta a
los niños producciones significativas en lenguaje escrito –es decir, textos de
diferentes tipos- en Lengua de Señas, que se trabajan contrastivamente
con la lengua primera. Dentro de este enfoque, el proceso de aprendizaje de la
lengua de la sociedad mayoritaria y el proceso de aprender a leer son
considerados básicamente uno y el mismo proceso en los sordos.
Poco después del inicio del
experimento, en 1983 se introdujo un suplemento al Currículo Nacional, válido
para todas las escuelas de sordos en Suecia, con el cual se enfatizó el
bilingüismo. Sin embargo y a pesar de las subsiguientes demandas de los
profesores de los sordos –referidas al uso de Lenguaje de Señas
como lengua de instrucción y a la aplicación del bilingüismo- fue imposible
implementar el Curriculum a la totalidad de los alumnos desde el
principio; el cambio no fue de un día para otro sino que requirió de un largo
proceso.
Por eso, cuando los niños del primer
grupo experimental estaban a punto de abandonar la escuela en 1991, después de
sus 10 años obligatorios de escolaridad, se dio que otros grupos de niños de la
misma edad habían recibido un bagaje lingüístico y una práctica diferentes. En efecto, habían tenido muchos profesores
que, como no podían señar, usaban algún tipo de Sueco Señado, así como
profesores que no tenían ningún tipo de práctica en enseñar Sueco como 2da.
lengua del sordo, sino únicamente una formación acorde a la tradición del
oralismo o, en el caso de los docentes más jóvenes, según el enfoque de la Comunicación Total. Esta situación nos permitiría evaluar
si el nuevo enfoque del bilingüismo había sido exitoso o no, mediante la
comparación de las habilidades de lectura obtenidas por el primer grupo con las
de los otros compañeros de edad.
En el marco de la investigación de
la que yo era responsable se cotejaron las destrezas de lectura de los
egresados de ese año. 19 de un total de 23 estudiantes participaron en el
estudio. Un investigador sordo les presentó individualmente algunos textos
escritos en Sueco. Uno de los textos fue tomado de una prueba diseñada para
inmigrantes oyentes, que según se dijo requerían, para ser entendidos, de un
nivel de conocimiento del Sueco equivalente a la competencia nativa. Otro de
los textos fue un artículo tomado de una revista para adultos, de difusión
científica, que tenía como tema la salud y que posiblemente resultaría más
difícil a los estudiantes, no sólo por su estilo un tanto más complejo sino
además por su contenido. Se les pidió que resumieran los textos y explicaran el
contenido usando Lengua de Señas. Luego los textos serían discutidos con
ellos en una entrevista semiestructurada, que incluía preguntas relativas a
partes de los mismos, tales como el significado de algunas palabras inusuales,
metáforas, frases idiomáticas, construcciones pasivas, construcciones en cuya
correcta interpretación era relevante el orden de las palabras, etc. Todo esto
fue grabado en video.
Las pruebas no tenían por objeto la
obtención de datos cuantificables para medir la destreza de lectura de los
estudiantes. En vez de eso, yo quería tener una idea general de sus capacidades
a lo largo de una escala bastante simple, que tuviera «entendió» en un extremo
y «no entendió» en el otro. Me interesaba principalmente comprobar si el método
utilizado, esto es: la reformulación en Lengua de Señas del contenido de texto
seguida de una discusión sobre los textos, podría revelar algo más que lo
que revelaban las pruebas de lectura ordinarias, estandardizadas, tanto acerca
de las estrategias de lectura como acerca de algo no menos importante para la
finalidad de nuestro proyecto: cuáles eran las principales dificultades en el
aprendizaje del Sueco escrito, en los diferentes niveles lingüísticos. (Estos
textos usualmente están diseñados para niños oyentes –que en general, leen en
su lengua materna- por lo cual puede resultar inadecuada, incluso injusta, su
utilización con lectores sordos, especialmente en los más chicos. Me resultaba
necesario por lo tanto, como lingüista, tener en cuenta esa circunstancia al
analizar los trabajos. Es decir, debía prever que las respuestas fueran
anómalas, desviadas, por el simple hecho de que no puede esperarse que los
niños sordos puedan construir con fluidez su gramática y vocabulario al no
contar con la práctica de conversaciones cotidianas, libres y fluidas, con
otros, usando un lenguaje coloquial; su input lingüístico, en comparación con
los niños oyentes, es necesariamente diferente, tanto cuantitativa como
cualitativamente. Luego, había un claro riesgo de que los resultados de la
prueba mostraran solamente los defectos y debilidades de los lectores sordos y
no sus fortalezas).
Los datos obtenidos nos permitieron
clasificar a los estudiantes en tres grupos: los que mostraban claramente haber
comprendido el contenido al resumir los textos satisfactoriamente (los
llamamos el grupo "alto": 7 estudiantes); los que trataron de hacer
un resumen pero, o bien tuvieron que dejar o quedó mostrado que habían perdido
varias piezas importantes del texto (4 estudiantes, el grupo
"medio"); y los que apenas lo intentaron y para quienes un análisis
posterior demostró que no entendían mucho los textos (8 estudiantes, el grupo
“bajo”). El grupo ‘alto’ estaba integrado por los estudiantes del primer grupo,
el grupo experimental (uno de ellos faltaba en los datos, pero su profesora nos
informó que sus destrezas de lectura estaban en consonancia con las de los
demás; otra chica se había unido al grupo escolar en forma un tanto irregular
durante los primeros años, pero la consideramos miembro del grupo a pesar de
que había ensordecido a la edad de 4 años y por lo tanto traía un background
lingüístico diferente a los otros, aunque en los datos no se pueden discernir
diferencias entre ella y los demás); y además otro estudiante, que luego será
excluido de lo que llamo el grupo ‘alto’ y discutido por separado, como «un
externo», debido a algunas diferencias entre él y los otros seis en su lectura.
Aparte de las reseñas en que
mostraron comprensión de la lectura, fue común a los estudiantes del
grupo"alto" que demostraran una muy buena capacidad para identificar
palabras y frases que eran nuevas para ellos y que no entendían, en parte o en
su totalidad. En muchos casos hicieron propuestas bastante aproximadas a su
significado. Sus observaciones mostraron que usaban activamente el contexto
para obtener pistas que los condujeran al significado. Sus comentarios también
mostraban conocimiento acerca de si era o no necesario entender el significado
de dichas palabras y frases, ya que a veces hacían comentarios del tipo: «Esa
palabra no es especialmente importante para comprender el contenido», dicha con
seguridad por uno de los estudiantes. Los conocimientos metalingüísticos
demostrados por los alumnos, su uso activo de contexto al enfrentarse con
nuevas palabras, etc, como queda demostrado en sus propios comentarios, provienen
de la forma en que se les enseñaba Sueco: desde el mismo principio se los
incitaba a que leyeran de esa manera. Se enfatizó en ellos el proceso de la
lectura como una búsqueda activa y consciente del significado, no en una
palabra aislada sino en el texto. Con respecto a este punto, podría agregar que
los debates sobre las lecturas también contienen varios ejemplos de cómo los
estudiantes relacionaban espontáneamente hechos de los textos a los propios
conocimientos previos de áreas curriculares vinculadas. Estos ejemplos nos
muestran claramente una imagen de los estudiantes de este grupo como lectores
activos y conscientes, que acuden a sus conocimientos previos (como se enfatiza
en la teoría del esquema) cuando se enfrentan a nuevos textos.
Es muy raro encontrar ejemplos
similares de conocimientos metalingüísticos de este tipo en los datos de
los grupos ‘medio’ y ‘bajo’. Por el contrario, las cintas están llenas de
errores de lectura que pueden describirse como una búsqueda frustrada del
significado. Muchas de estos errores de lectura parecen emanar de la confusión
entre las palabras que son similares en forma pero diferentes en significado,
como en los ejemplos siguientes (las palabras a la izquierda son las palabras
originales de los textos, en Sueco, Inglés y Francés, correlativamente; las
palabras de la derecha son las traducciones de las Señas usadas por los
alumnos, a la lengua escrita correspondiente)3:
jäktade / jäkla
|
Stressed/blasted
|
(stressé / fichu)
|
hopa / hoppa
|
acumulate / jump
|
(accumuler / sauter)
|
hejda / heja
|
stop / support
|
(arrêter / acclamer)
|
No basta con interpretar este tipo
de errores de lectura como casos en los que hay problemas con la discriminación
de las letras o como muestra de deficiencias en la memoria visual y / o
fonológica de las palabras. Son errores de compensión, ya que en sus contextos,
los significados atribuidos a las palabras propuestas, según se refleja en las
Señas utilizadas por los estudiantes, simplemente no tienen sentido. Otras
propuestas sin sentido también se hicieron con palabras en las que, al
traducirlas, omitían algunas partículas desconocidas por los alumnos, del tipo
siguiente:
aptitförlust / lustig
loss of appetite / funny (perte
d'appétit / drôle)
proviantera / prov
take
in supplies/test 4
Tales errores muestran claramente que
el significado del texto para estos estudiantes era lo menos importante en su
«lectura». Por el contrario, al intentar reproducir con señas las palabras una
por una, fueron más bien «leyendo» sólo en el sentido técnico cada palabra y no
en una forma que demostrara que entendían lo que leían. (Podría agregar que al
final de los 70 pude observar en los niños sordos una forma similar, mecánica,
de reproducir palabras en Sueco, pero entonces en forma oral).
Si las discusiones sobre el
significado no pueden ser llevadas a cabo en la clase debido a la falta de un
lenguaje que permita hacerlo, es fácil que tal conducta “lectora” sea juzgada
erróneamente por el profesor como evidencia de falta de entendimiento. Según se
ve en los registros, muchos niños sordos logran desarrollar una fluidez
bastante convincente en la reproducción de palabras por señas, aunque sin
entender mucho de su propia «lectura». Un breve fragmento de una de las cintas
puede ilustrar lo que quiero decir. El estudiante, que pertenece al grupo
"bajo", «lee» una palabra tras otra mediante la representación de
cada una de ellas con una seña.
this make pain worse fast
v-e-r-k-a-n-d-e s-t-i-m-u-l-a-n-t-i-a (L/S)
wear more on body that they a-v help
stress (Ingl.)
El resultado puede compararse a una
traducción automática:
en medio del urbano remolino / he
soñado en un rústico camino (Esp)
(en la mitad de un viento amable
soñé en un camino grosero) (LS)
Otro ejemplo tomado del artículo:
la "verdadera" lengua de
signos o «la lengua de señas de los sordos"
frente a trad. de Google (donde firmado es la trad. de ‘signed’, señado):
las formas construidas de la firma y
hablar al mismo tiempo, tales como "Firmado sueca / Inglés / Francés (
El procedimiento casi siempre
conduce a una frase sin sentido (nonsense), ya sea en su versión en Inglés,
Francés o señado. Sin embargo, para alguien que tenga fluidez en Sueco, por
ejemplo un profesor, es posible obtener al menos una idea del mensaje a partir
de una traducción similar seña-palabra al Sueco. (Y, por supuesto, si dispone
del texto, como a menudo es el caso en una situación de enseñanza, no habría
ningún problema para entender el mensaje). Así, el profesor podría tener la
impresión de que, al reproducirlas, el estudiante comprende las palabras dentro
del texto dado y entonces animar al estudiante a continuar «leyendo» -pero esta
impresión emana del PROPIO conocimiento del Sueco que tiene el
profesor, no el estudiante. -En el caso citado, el estudiante interrumpió la
lectura después de la oración y preguntó: «¿Qué significa esto?!? »
El punto al que quiero arribar es
que cualquier hipótesis sobre las limitaciones del sordo en cuanto a la memoria
y reconocimiento de palabras etc. deben complementarse con una información
completa, detallada, de cómo el lenguaje escrito le ha sido enseñado y qué
significa realmente para él la lectura. Si en la práctica, al privilegiar el
docente la observación de cómo las diferencias de significado se reflejan en
mínimas diferencias ortográficas (en el deletreo), como se muestra en los
primeros ejemplos, en detrimento de la búsqueda del significado, la comprensión
del texto terminaría resultando menos importante para el alumno. Además, si se
presta atención sólo a partes de las palabras, como en los ejemplos de lecturas
erróneas de arriba, no es de asombrarse que un lector que carece del dominio de
la lengua desconozca el sentido verdadero del uso de prefijos y sufijos y los
interprete como simples alargamientos de la palabra.
En el ejemplo anterior vemos usado
el alfabeto dactilológico, lo que merece un comentario aparte. Dentro de los
grupos “medio” y "bajo”, a veces los estudiantes recurrieron al método
dactilológico para representar palabras que no entendían y para las cuales no
disponían de señas, como lo mostraron las entrevistas posteriores que tuvimos
con ellos. Pero a menudo la dactilología era también utilizada como la única
respuesta a las preguntas por el significado de las palabras. De ese modo, el
‘deletreo dactilar’ bien puede incluirse en las estrategias para «leer» en el
sentido técnico que acá discutimos, como una respuesta a lo que el profesor
pregunta. En el grupo ‘alto’ una sola vez aparece una conducta similar,
exhibida por una chica cuando se le preguntó acerca de un pasaje difícil de uno
de los textos. Ella deletreó una palabra de ese pasaje en forma rápida y
confusa, como tratando de sacarse de encima la palabra y su significado. Pero,
en general, la lectura dactilar se utilizó en este grupo según su uso normal en
Lengua de Señas.
La estrategia de tratar de ubicar
una palabra–una seña prevaleció en los grupos ‘medio’ y ‘bajo’. En el grupo
"alto", por el contrario, este tipo de relación uno-a-uno sólo
aparece en lo que podemos definir como citas textuales o frases idiomáticas,
etc, a menudo seguidas de traducciones de esas frases a Lengua de Señas. Un
ejemplo lo tenemos en una frase de uno de los textos, que literalmente
traducida al Inglés sería ‘they got long in their face’ (‘ellos pusieron la
cara larga’). Tal traducción literal, palabra por palabra, constituye por
supuesto un sinsentido (a menos que, por supuesto, el idioma en cuestión tenga
una frase similar). El significado de esa frase es ‘ellos se quedaron
perplejos' y esa fue también la forma que se agregó después de la cita,
correctamente traducida a Lengua de Señas por varios de los estudiantes.
Una estrategia parecida a ubicar una
palabra-una seña, sin embargo, fue exhibida por el estudiante que anteriormente
llamé «el uno extra» ‘el de afuera’, que continuaba leyendo con el grupo alto.
De todos modos, en comparación con sus compañeros de ese grupo, su lectura fue
más carente de independencia -¿o de confianza en sí mismo?- que la de ellos. A
menudo se detenía para chequear el significado con el entrevistador y parecía
estar más bien pendiente de conseguir la aprobación de su lectura. Al leer el
segundo texto, más dificil, su inseguridad se incrementó en forma notoria y
obviamente le fue resultando más y más difícil llegar al significado. Las
grabaciones muestran también bastantes errores de lectura en los ejemplos dados
arriba, que son raros en el grupo ‘alto’ en general. Su señación no era exactamente en Sueco Señado, en
el sentido de que tratara de representar cada palabra sueca aislada en los
textos por una seña, pero puede ser descrito como altamente influenciado por la
lengua sueca. Al final de la sesión se quejó de lo que él sentía como lagunas
en sus conocimientos de Lengua de Señas y expresó su deseo de aprender más.
De acuerdo con su profesora, este
estudiante no había sido constante en sus esfuerzos y ganas de aprender.
También refiere que su madre había trabajado duro con él en su casa desde una
temprana edad, utilizando Sueco Señado para comunicarse. Lo más probable era
también que el modelo con el que se le había enseñado Sueco durante la mayor
parte de sus años de escuela fuera Sueco Señado/Comunicación Total. Pero,
contrariamente a sus compañeros de clase de los grupos ‘medio’ y ‘bajo’,
parecía haber desarrollado habilidades bastante adecuadas en Sueco a partir de
ese enfoque. En comparación con sus compañeros del grupo ‘alto’, sin embargo,
no leyó con la misma facilidad con que estos lo hicieron
¿Qué se puede decir sobre la
fonología internalizada en estos lectores sordos, pertenezcan al grupo
‘alto’ o a cualquiera de los otros dos? A partir de los datos de la prueba sólo
se pueden hacer hipótesis sobre el rol (de la fonología) en el aprendizaje de
la lectura, por supuesto, pero por lo menos se puede trazar una pista a partir
de que las cintas grabadas mostraban que hacían movimientos de labios (no se
observó que ninguno de los estudiantes vocalizara o fonetizara).
El estudiante ‘extra’ del que
hablamos movía los labios de vez en cuando al leer los textos, antes de que
comenzaran los debates de los mismos. Acompañaba estos movimientos casi siempre
de una expresión de angustia en el rostro, lo que hace pensar que articulaba
sus labios cuando encontraba partes del texto que le ofrecían mayor dificultad.
Esto sugiere que a él le era importante algún tipo de decodificación fonológica
de base. Movimientos de labios de este tipo también se encontraron en una chica
del grupo "medio", quien explicó que la lectura en voz alta, con
alguna sonorización, solía serle útil cuando leía textos difíciles.
En cambio, era común a todos los
estudiantes del grupo "alto" que leyeran a partir de los textos sin
hacer ningún movimiento en absoluto ni de manos ni de labios. Más tarde, al
resumir el contenido y durante las discusiones, cada tanto hacían una breve
pausa en su señación y bajaban la mirada al texto,
mostrando así una clara separación entre la lectura verdadera y la
reformulación de lo que habían leído. Queda claro que este comportamiento no
puede ser tomado como una prueba de algo relacionado con el proceso de
decodificación en cuanto tal en su lectura. De todos modos, aparte del
conocimiento de cómo se les enseñó Sueco, es muy poco probable suponer que
tuvieran una base fonológica de la lectura: el lenguaje escrito se les enseñó a
ellos como un lenguaje enteramente visual y sin referencia alguna a los sonidos
del habla. Si se sostiene que de cualquier modo una representación fonológica
debe ser la base para la lectura, esta afirmación debe implicar una suposición
acerca de que la codificación fonológica se hubiera desarrollado
espontáneamente. Tal suposición es poco probable.
Una vez más quiero señalar la
importancia de tener en cuenta el bagaje educativo del niño sordo al estudiar
sus procesos de lectura para que la lectura sea o no exitosa. Lo que dierencia
a un niño oyente de un niño sordo cuando se trata de aprender el idioma de la
sociedad -ya sea como primera o como segunda lengua- es que los niños sordos no
pueden aprender la lengua espontáneamente. Su proceso de aprendizaje requiere
de instrucción. Por lo tanto, los resultados tempranos en cuanto a una
correlación positiva entre la decodificación fonológica y las habilidades de
alto nivel de lectura en los sordos, están lejos de ser importantes. Me
gustaría afirmar que más bien estos resultados reflejan principalmente los
efectos de una instrucción exitosa5. El problema es, por supuesto, que
tales efectos positivos son escasos cuando los paradigmas de enseñanza a los
sordos se basan en el habla [oralidad]
Otra afirmación no menos importante
que quiero hacer es que nuevas investigaciones sobre la lectura en los sordos
-así como el posterior desarrollo de la enseñanza a los sordos del lenguaje de
la sociedad- debe tomar más en cuenta los aportes de la investigación sobre la
lectura en estudiantes de segundas lenguas. Los puntos en común son muchos y
hay conclusiones importantes en estas investigaciones para aplicar a nuestra
problemática. Aparte, podemos aprender más acerca de, por ejemplo, la relación
entre trabajar la capacidad de memoria en la lectura y dominio del idioma en el
lenguaje leído; otro ejemplo es que podemos aprender más acerca de cómo los
problemas de lectura pueden reflejar la escasa formación en una segunda lengua
[el Español en nuestro caso], más que problemas de lectura como tal.
Por último, quiero hacer una
afirmación aún más provocativa que las dichas hasta ahora. Cuando se habla de
la lengua escrita, siempre la vemos como una representación lineal, secuencial
del lenguaje hablado. Pero los textos son, de hecho, lenguaje presente en forma
simultánea: todas las palabras están allí en la página desde el comienzo mismo
de la lectura. El lector no está obligado a procesar el texto en un sentido
estrictamente secuencial, en una forma temporalmente ordenada. Por el
contrario, el ojo es libre de buscar información yendo hacia atrás y hacia
adelante en el texto. Por supuesto, el orden secuencial se enfatiza en la
enseñanza como un recurso importante para mostrar cómo el lenguaje está
estructurado en diferentes niveles lingüísticos, pero eso no significa que el
procesamiento real del texto deba hacerse de ese modo. Un mapa conceptual sobre
cómo funcionan la Lengua de Señas y la lengua escrita como L2
nos puede mostrar la coincidencia en estrategias de lectura, en las que el
lector es incitado a ir con su vista hacia atrás y hacia adelante para recorrer
en los textos, con el fin de obtener significado de ellos. Y, por supuesto, obtener significado a partir de textos de lectura es de lo que realmente se trata.
Notas:
* Ph. D., Profesor
Asociado del Departamento de Lenguas Escandinavas Univ. de Estocolmo, SUECIA.
1. Este
artículo puede buscarse por autor y título en http://textosenlinea.com.ar/paginas/academicos.html
2. En el original literacy, traducida por vs.
autores como literamento,
literacidad, letrismo. [GL]
3. Proponemos los siguientes ejemplos
de errores de traducción en Español / LSA: caza
/casa, calar/callar, lenteja/anteojos, moro/pared. [GL]
4. Proponemos para Español / LSA: perjudicial/judicial,
contravención/convención, azulado/azul [GL]
5. Recordar que para el modelo la LSA es
la lengua de instrucción [GL]
6. ver Lissi M., Svartholm K. y González M. (2012) “El
Enfoque Bilingüe en la
Educación de Sordos: sus implicancias para la enseñanza y
aprendizaje de la lengua escrita”. Estudios Pedagógicos XXXVIII, Nº 2: 299-320. http://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S0718-07052012000200019&script=sci_arttext
1 comentario:
Tuve problemas en publicar este artículo, no salían algunas partes. Finalmente descubrí el problema y lo solucioné. Es importante porque la autora es una pionera en la implementación del modelo bilingüe, pero además con su equipo hizo el seguimiento durante los períodos primario y secundario de un grupo de alumnos sordos, comparando los resultados, lo cual es tema de este artículo. Es la primera evaluación que se hace del modelo.
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